El caótico estado de la Ruta Nacional 178 ha alcanzado un
nivel crítico, transformando lo que solía ser una vía de tránsito en una
verdadera trampa mortal. Tras las recientes lluvias, los pozos generados por el
deterioro del asfalto se han multiplicado, convirtiendo cada trayecto en una
odisea llena de peligros.
La última "obra de mantenimiento" realizada por
Vialidad Nacional dejó en la zona del baden ahora pozos profundos que acechan
tanto en la mano derecha como en la izquierda del camino. Estos pozos
representan un riesgo inminente para quienes transitan por la ruta, con el
potencial de causar accidentes catastróficos.
Varias fueron los pedidos de por parte de autoridades
locales, regionales, provinciales por el “mal estado” en que se encuentra la
cinta asfáltica, haciéndose eco del reclamo de numerosos vecinos que transitan
a diario por allí.
Los incidentes de vehículos averiados son moneda corriente
en esta arteria vial descuidada, poniendo en evidencia la necesidad
urgente de que el Estado asuma su responsabilidad en materia de seguridad vial.
Prevenir accidentes y proteger la vida de los ciudadanos debe ser una prioridad
absoluta, exigiendo políticas efectivas y un compromiso real con la seguridad
en nuestras carreteras.
Es hora de que las palabras se conviertan en acción.
Los usuarios de la Ruta Nacional 178 merecen viajar con tranquilidad y
seguridad, sin temer por sus vidas ni por la integridad de sus vehículos. La
urgencia es clara y el llamado a la acción, ineludible.